lunes, 28 de septiembre de 2009

Los Mexicanos tenemos los “Juanitos” que Merecemos




Los Mexicanos tenemos los “Juanitos” que Merecemos
Por Emilio Pineda

Ahora en Iztapalapa hay fiesta. En un par de días el líder repentino pero muy exitoso, convertido fortuitamente en candidato ganador, asumirá el cargo de Jefe Delegacional de esa demarcación. Rafael Acosta, alias “Juanito”, promete gobernar Iztapalapa con rectitud, pero eso sí, no promete milagros. Debido a las amenazas que, según él, se lanzan frecuentemente en su contra, vivirá temporalmente en el edificio delegacional. Está a punto de presentar a su gabinete de colaboradores quienes lo ayudarán a gobernar en forma profesional. “Incluso hay algunos catedráticos de la UNAM” - señala, como si un título universitario garantizara por sí mismo el éxito en la Administración Pública. Nuestra historia moderna nos ha demostrado contundentemente que ni los doctorados en México o en el extranjero han generado políticos éticos, acertados, innovadores, valientes, eficaces o efectivos.

Mientras hay tiempo para festejar ya podemos ver a Juanito acompañado de “bellísimas” y lamentables edecanes, rodeado de ilusionados seguidores. Ya auncia también que se encuentra soltero y que está abierto a las opciones que se le presenten. Es el Rey de Chocolate con nariz de cacahuate, sentado en su trono y a punto de disponer de 3 mil millones de pesos anuales para gobernar su demarcación. La fiesta está a todo lo que dá y Juanito se sube al templete, en el que se encuentran unos concursantes de fisicoculturismo, se quita la camiseta y trata de replicar las poses que los deportistas hacen. Las musculaturas se muestran en forma grotesca o tristísima, dependiendo de quiénes son sus poseedores. Es una muestrario que se muestra entre comicidad y pena ajena. Pero el Rey de Iztapalapa se siente talentoso, ingenioso, hermoso.

Alrededor de Juanito, una nube humana se desplaza a su ritmo. Son los seguidores. No entiendo si lo hacen con ilusión, con fe ciega, con interés o con ignorancia. Lo cierto que que los reyes, emperadores, dictadores o demócratas nunca llegan solos. Para que un fenómeno de liderazgo consolide necesita de la colaboración y hasta complicidad de la sociedad. No olvidemos que Juanito es una creación del Andrés Manuel López Obrador, otro líder por demás contradictorio, obscuro, carente de ética pero seductor de las masas. El peje lo pone en una maniobra política a todas luces anti democrática, es respaldado por un partido político que ahora lo desconoce (claro, porque no repartió), pero finalmente llevado al cargo de funcionario público por medio del voto mayoritario de la ciudadanía de Iztapalapa. Juanito no derrocó a nadie, tampoco dio un golpe militar. Llegó porque la ciudadanía así lo manifestó con su voto. Todavía hay que estudiar mucho acerca de qué motiva a un ciudadano votar por ésta o quélla opción política.

Juanito se queda en el personaje. Ya casi no habla de Rafaél Acosta. Habla de sí mismo en tercera persona del singular: “Juanito va a hacer... Juanito piensa... Juanito quiere...” Como si él hablara de otra persona. Dato que habrán de analizar psicólogos y psiquiatras. Porque esta actitud habla, a mi sentir, de una despersonalización total, temor al compromiso, temor a asumir una responsabilidad, además de una autoestima bajísima. Y es un actitud que nuestros profesionales de la salud mental tienen que revisar pronto, ya que no es el único personaje de la política mexicana que habla así o que da plena libertad a su locura o embriaguez de poder. Ahí les encargo a: Gerardo Fernández Noroña, el Doctor Simi, Porfirio Muñoz Ledo, Pancho Cachondo, algunos altos jerarcas de la Iglesia Católica, algunos gobernadores, presidentes municipales, etc.

Juanito muestra sus músculos. Voltea a la izquiera y a la derecha para revisar las poses de los atletas que lo acompañan. Los flashes de las cámaras de los periodistas disparan sin cesar. Hay exclamaciones de júbilo, hay silbidos de aprobación, risas, gritos. Juanito es el rey y lo sabe muy bien. Porque de no haber sido por nosotros como sociedad, él no habría llegado. El problema no es que existan los cuentos de hadas, sino que haya quienes los perciban como verdaderos. Finalmente, los mexicanos tenemos los juanitos que merecemos.

Comentarios: epiprod@yahoo.com

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Así se hacen operativos para agilizar la circulación en el DF

jueves, 10 de septiembre de 2009

Entre Paréntesis:

Con el 20% de la población económicamente activa aportando impuestos para ellos y el restante 80% no hay presupuesto fiscal que alcance, sea justo o eficiente. No hay una política clara de estímulo a las empresas (medianas y pequeñas, no las del Sr Slim) ni una estrategia real de generación de riqueza no petrolera. Los países árabes saben que el petróleo no es eterno. ¿Ya vieron lo que están haciendo? Chéquense sus nuesvas estrategias de mercado sin que el petróleo sea el protagonista.